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Técnicas, objetivos y pautas para el manejo del dolor

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El manejo del dolor se puede abordar desde una amplia gama de enfoques, aunque a menudo se combinan para brindar un tratamiento más eficaz que alivie el dolor. En un extremo del espectro se encuentran las intervenciones fisiológicas como la cirugía, la medicación y la fisioterapia y en el otro extremo se hallan las terapias alternativas, las técnicas de establecimiento de objetivos y el asesoramiento psicológico. 

Dado que el dolor es un síntoma complejo, no todas las soluciones son igual de eficaces para todos. Además, es habitual que se desestime el impacto psicológico del dolor.

El dolor no suele ser una sensación meramente física, sino que puede tener un impacto mental y emocional significativo. De hecho, ¿sabías que tu pensamiento, resolución y fuerza emocional pueden influir en el dolor físico? Dado que la mente domina el cuerpo, estos son algunos consejos que te ayudarán a recuperar las relaciones y actividades más importantes para ti.

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¿Qué es el manejo del dolor?

El manejo del dolor consiste en aplicar técnicas que te ayuden a controlarlo, sea cual sea su intensidad, mientras reduces el riesgo de que aparezcan brotes y estableces objetivos que te permitan gestionar mejor tus estados emocionales y lo que puedes hacer. Manejar el dolor implica plantearte metas alcanzables para que puedas volver a disfrutar de lo mejor de la vida a tu manera.

De hecho, una de las mejores cosas para manejar y controlar el dolor es el camino personal. No existen reglas generales que sean válidas para todos, tienes que enfocarte en ti, teniendo en cuenta:

  1. Tus necesidades específicas
  2. Tus circunstancias 
  3. Lo que deseas alcanzar 
  4. Aquello con lo que te sientes cómodo

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Pautas para establecer objetivos y controlar el dolor

Las pautas para el manejo del dolor te indicarán el rumbo que debes tomar. Plantearte objetivos también te ayudará a constatar los avances y evaluar tus progresos.

Para que se conviertan en objetivos tangibles, puedes escribirlos o contárselos a algún amigo o familiar.

Cuando te plantees tus objetivos para controlar el dolor ten en cuenta:

  1. Establece metas personales según el dolor que sientas
  2. Plantéate objetivos específicos y medibles
  3. Piensa en marcar un ritmo de trabajo 
  4. Sé realista

Establece metas personales

Tener un objetivo tangible en el que puedas enfocarte, que esté específicamente relacionado con la manera en que el dolor está afectando tu vida y refleje lo que deseas cambiar, puede ser de gran ayuda1.

Por ejemplo, si sufres dolor agudo, el cual dura menos de tres meses y desaparece dentro del tiempo de curación estándar, tus objetivos pueden ser:

  1. Disminuir los efectos adversos de la medicación
  2. Reducir el dolor hasta un nivel tolerable o aceptable
  3. Facilitar la recuperación y la curación
  4. Prevenir la aparición del dolor crónico

Si sufres dolor crónico es importante que éste se diagnostique por un médico, y que este determine el tratamiento necesario. Si el dolor se debe a una afección que no puede curarse, debes plantearte objetivos diferentes. Unos objetivos tangibles para el dolor crónico pueden ser:

  1. Aliviar el nivel de dolor en tu vida cotidiana
  2. Comprender mejor los posibles desencadenantes para controlar los brotes de manera más eficaz 
  3. Recuperar algunas funciones perdidas
  4. Lidiar con el impacto emocional y social del dolor
  5. Identificar y adoptar métodos eficaces para afrontar el dolor.

Asegúrate de que tus objetivos sean específicos y medibles

En el ejemplo anterior hicimos referencia al objetivo de aliviar el dolor, al cual puedes dar seguimiento llevando un diario del dolor, según se explica en “cómo hablar del dolor”. Sin embargo, es posible que quieras plantearte otro objetivo: desarrollar la capacidad para realizar ciertas tareas. 

Enfócate en ese par de cosas que no puedes hacer debido al dolor y piensa en cómo podrías llevarlas a cabo. Si caminas con dificultad, podrías plantearte llegar hasta el final de tu calle para sentarte en un banco y ver la puesta de sol, o entregarle una carta escrita a mano a un amigo que viva a dos manzanas de tu casa. 

Si tienes problemas para dormir, podrías plantearte levantarle más temprano para sentirte renovado al día siguiente. Simplemente elige algo que te haga feliz y hazlo. 

También es importante que fijes una fecha para lograr tu objetivo, ya sea a fin de año o un evento especial que estás esperando, como la boda de tu hija.

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Un anciano y un bebé, se inclina sin dolor de espalda. - Voltadol

Marca el ritmo

Quizá una tarea que antes terminabas en media jornada, ahora te lleva dos días. Aceptar ese cambio de ritmo es clave para alcanzar tus metas, en lugar de frustrarte o desanimarte fácilmente y darte por vencido ante el primer obstáculo. 

Si sufres un revés, no te rindas, la perseverancia y la determinación son tus mejores aliados. Sin embargo, tampoco exageres. Si hoy no puedes lograrlo, no te preocupes, mañana será otro día y podrás volver a intentarlo. 

Si preparar y plantar los bulbos de unas flores en el jardín es uno de tus momentos preferidos de la primavera, no permitas que las articulaciones doloridas o unas expectativas poco realistas te detengan.

Acepta que quizá solo puedes arrodillarte durante 20 minutos o que tus manos necesitan un descanso después de plantar una planta. ¡No importa! La vida no es una carrera de velocidad, tómate tu tiempo para disfrutar de esa tarea durante varias semanas.

Sé realista

La clave para plantearte metas que puedas alcanzar consiste en ser realista. Si estableces un objetivo prácticamente imposible de alcanzar, es probable que te desanimes cuando falles. Si sufres dolor crónico, por ejemplo, y te planteas una meta relacionada con él, no tiene mucho sentido que te digas: “quiero bajar a cero mi nivel de dolor este mes”.

Aunque a todos nos gusta pensar que podemos lograr cosas imposibles y el optimismo desempeña un papel muy importante para alcanzar nuestras metas, si llevas algún tiempo padeciendo un dolor intenso, es probable que tengas que preguntarte con sinceridad si realmente puedes alcanzar ese objetivo. 

Quizá debas calificar tu dolor en una escala del 1 al 10 y enfocarte en reducirlo a la mitad en los próximos meses. Si hoy te sientes bien con un 6, bajar a 3 sería una mejoría notable y es un objetivo más factible.

Pídele a tu médico que te explique las diferentes soluciones para manejar el dolor que pueden ayudarte a hacer realidad sus objetivos.

Técnicas para controlar el dolor

Existen muchas actividades que puedes incorporar en tu vida cotidiana para facilitar el manejo del dolor y que pueden complementar un tratamiento medicamentoso.

Algunas de las técnicas más comunes para manejar y controlar el dolor son:

1. Meditación y mindfulness
Calmar la mente y aprender a liberar el estrés y la tensión puede tener un impacto positivo en tu cuerpo, además de mejorar tu calidad de vida2.

2. Ejercicios y estiramientos
Dependiendo de la causa de tu dolor, el ejercicio físico suele ser muy beneficioso para aumentar la movilidad articular, fortalecer los músculos y mejorar la flexibilidad. Incluso te brinda una ventaja adicional: estimula la secreción de endorfinas, esas adorables hormonas que mejoran tu estado de ánimo.

3. Fisioterapia
Un fisioterapeuta puede guiarte y enseñarte movimientos y ejercicios específicos que no solo contribuirán a aliviar el dolor, sino que también pueden ayudarte a lograr una recuperación duradera. 

Acudir al fisioterapeuta te brinda un beneficio adicional: te enseñará una serie de ejercicios personalizados que puedes hacer en casa para mejorar tu movilidad y funcionalidad.

4. Incorpora la relajación en tu rutina cotidiana
¡Tener dolor puede llegar a ser muy estresante! El estrés es una condición compleja que no siempre es fácil de gestionar, a veces incluso hay que pedir ayuda profesional. Sin embargo, un buen punto de partida consiste en tomarte unos minutos a lo largo del día para relajarte. Incluso puedes programarlo. 

Deja notas por toda la casa que te recuerden que debes detenerte, sentarte, relajarte y poner en orden tus pensamientos. Recuerda que el bienestar mental tiene un impacto positivo en el dolor, así como la ansiedad puede exacerbarlo3

Hacer una pausa de apenas 15 minutos por la tarde para beber una infusión de manzanilla o darte un baño relajante al final del día puede ser el primer paso para desestresarte.

5. Duerme bien
Dormir bien por la noche puede ayudarte a contrarrestar el estrés que genera el dolor. El sueño también es fundamental para que tu cuerpo funcione bien y se cure adecuadamente4.

En realidad, las alteraciones del sueño son un problema bastante común: entre el 67-88 % de quienes sufren dolor crónico reportan trastornos del sueño5. Algunos consejos sencillos que te ayudarán a dormir mejor son:

•Intenta acostarte todas las noches a la misma hora y levántate cada mañana a la misma hora. La clave consiste en crear una rutina ya que, a fin de cuentas, ¡somos animales de costumbres!

•Mantén los móviles, tabletas y pantallas fuera de tu vista una hora antes de irte a la cama ya que la luz, en especial la luz azul que emiten esos dispositivos, nos mantiene despiertos. También puedes usar gafas que protejan tus ojos de ese brillo.

•Prueba la aromaterapia. La lavanda, por ejemplo, es particularmente calmante y relajante.Únete a un grupo de apoyo

6. Únete a un grupo de apoyo
Hablar con otras personas que también están lidiando con el dolor puede darte un sentido de pertenencia y te permitirá constatar que no eres el único que sufre. También es una oportunidad para compartir los consejos y técnicas que vayáis descubriendo sobre cómo manejar el dolor. Pídele a tu médico que te recomiende algunos grupos locales6.

7. Acupunctura
Esta técnica de la Medicina Tradicional China está ganando popularidad en todo el mundo y se basa en la inserción de agujas en algunos lugares específicos del cuerpo para estimular la producción de endorfinas que alivien el dolor7.

8. Distráete
Centrarte en tu dolor puede convertirse en una espiral descendente, por lo que es mejor que pienses en otra cosa. Es cierto que una videollamada con tu hijo en Australia o resolver un crucigrama complicado no hará que el dolor desaparezca, pero te proporcionará una distracción positiva y agradable.

9. Retoma tus actividades habituales 
A veces el dolor te aleja de tus amigos y familiares o hace que te olvides de las actividades que solías disfrutar. De hecho, se trata de uno de los efectos secundarios más difíciles del dolor. 

En su lugar, proponte seguir haciendo esas cosas que te definían como persona, ya sea tu trabajo o tus pasatiempos8. Es posible que tengas que esforzarte más que de costumbre o que debas cambiar algunas cosas, sobre todo cuando el dolor arremete, pero es importante que llenes tus días de actividades y personas que te aporten alegría.

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